Luiz Inácio Lula da Silva asumirá este domingo 1 de enero la presidencia de Brasil. Sin embargo, el cambio de mando se hará en medio de un clima difícil debido a las recientes acciones de ultraderechistas, tales como acampar fuera de la residencia oficial y la colocación de un atentado explosivo en el aeropuerto de Brasilia.
Cabe recordar que Lula da Silva ya fue presidente en dos ocasiones, y que en la última elección superó a Jair Bolsonaro, el actual mandatario, por tan solo 1,8% de los votos.
Asimismo, Bolsonaro había guardado silencio hasta ahora en que se pronunció para despedirse de sus seguidores mediante una transmisión por redes sociales. En la instancia se mostró emocionado hasta las lágrimas y señaló que el mundo no se acabará el 1 de enero.
Se prevé que no participará del cambio de mando, puesto que tiene planeado un viaje a Estados Unidos que durará hasta el 30 de enero. Le acompañará una comitiva de funcionarios autorizada por la Secretaría general de la Presidencia.
Aquello marca una importante diferencia, puesto que lo acostumbrado es que el mandatario entregue personalmente la banda presidencial a su sucesor durante el cambio de mando.
Gran contingencia de seguridad
Tampoco está claro si el nuevo presidente realizará el tradicional desfile en auto descapotable o si, por el contrario, lo hará dentro de un auto blindado. Esto sería debido al riesgo de atentados y por las fuertes lluvias.
Además de eso, la policía de toda Brasilia será movilizada durante la ceremonia de investidura. Por otro lado, en el Distrito Federal se suspendieron algunas categorías de porte de armas para civiles.
Participarán del evento 53 delegaciones extranjeras, dentro de las cuales se incluyen los presidentes de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Colombia y el rey de España, Felipe VI. Asimismo, por parte de Estados Unidos asistirá la secretaria de Interior, Deb Haaland.